El aporte de la mujer a la salud ha sido fundamental a lo largo del tiempo. Sin embargo, y con más frecuencia de lo que la sociedad podría imaginar, ha sido a costa de su propia salud.

Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la contribución de las mujeres al cuidado de la salud familiar equivale aproximadamente al 5% del PIB mundial. Sin embargo, no se reconoce ni se remunera adecuadamente.

En el Ecuador, esa contribución de las mujeres representa el 4,5% del PIB (INEC, 2021). Independientemente de la edad o situación laboral, las mujeres desempeñamos un papel crucial en el cuidado dentro del hogar, contribuyendo significativamente a la salud, sostenimiento de la vida y el bienestar de la sociedad. Lo que se conoce actualmente como sociedad del cuidado.

Las encuestas sobre el uso del tiempo revelan que las mujeres, en comparación con los hombres, participamos más activamente en el trabajo de cuidado de la salud familiar, con una carga desigual en la mayoría de los países. En Ecuador, el 81,5% del tiempo dedicado al trabajo doméstico y al cuidado no remunerado recae precisamente en las mujeres.

Esta sobrecarga de trabajo en el cuidado no remunerado levanta una barrera limitando el acceso de las mujeres a la educación formal, al mercado laboral y, lo más grave al control y cuidado de nuestra propia salud; limitando a su vez, a corto y largo plazo, nuestra autonomía económica, su bienestar y el desarrollo de nuestro potencial. 

A propósito de la celebración, en este mes de marzo, del Día Internacional de la Mujer es fundamental abordar la salud de las mujeres y unir esfuerzos para cerrar las brechas en la atención y cuidado integral.

Esto, por supuesto, pasa por tener políticas públicas bien cimentadas y financiadas para generar las condiciones sociales y económicas que permitan a las mujeres ejercer sus derechos con plenitud. Pero esta es una tarea que involucra no solamente a autoridades y sector público, sino a la sociedad en su conjunto y a cada individuo desde su esfera particular.

Debemos acelerar los avances en el cumplimento de prácticas equitativas y asumir un compromiso por el acceso de las mujeres a salud, desde los diferentes espacios en los que actuamos. Las empresas asociadas a Industria Farmacéutica de Investigación e Innovación (IFI) en Ecuador, están invirtiendo grandes esfuerzos humanos y económicos en la investigación y desarrollo (I+D) de medicamentos para enfermedades que afectan a las mujeres, incluidos los cánceres de mama, ovario, útero y cuello uterino, trastornos neurológicos, enfermedades autoinmunes y condiciones de salud mental. Actualmente, existen más de 600 medicamentos en investigación para enfermedades que afectan particularmente a las mujeres.

Adicionalmente, nuestra industria está conciente de que la igualdad de género es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que, particularmente, la contribución de las mujeres que trabajan en las ciencias de la salud es fundamental para avanzar en la eliminación de las brechas en salud femenina y las inequidades que enfrentan las mujeres para acceder a tratamiento y atención en salud. En este sentido, nuestra industria está comprometida con construir una auténtica cultura incluyente y diversa en sus organizaciones y fortaleciendo la participación de las mujeres.

En Ecuador, más de la mitad del empleo generado por las empresas miembro de IFI en es femenino (56,5%), mientras el promedio nacional, en todos los sectores no solo en el de salud, no alcanza solamente el 34%. Además, nuestra industria cuenta con una participación femenina en cargos gerenciales de más de 10 puntos porcentuales por encima de la media del país.

A la par, abogamos por políticas públicas que garanticen un acceso equitativo a las nuevas tecnologías en salud, incluyendo el acceso de las mujeres a tratamientos y medicamentos innovadores que respondan a sus necesidades.

Lograr avances sustantivos en equidad de género ciertamente no es algo sencillo y requiere de un compromiso firme y acciones concretas para lograr una sociedad más justa en la que la salud de la mujer no sea la última de las prioridades en ningún espacio.

Johanna Ballesteros

PRESIDENTA DEL DIRECTORIO DE LA INDUSTRIA DE INVESTIGACIÓN (IFI)

COUNTRY DIRECTOR MSD – ECUADOR