El liderazgo en una organización ocurre en todos los niveles, sin embargo, en la alta gerencia tiene mayor impacto para generar cambios.  Es muy importante ser auténticos, tomar responsabilidad total sobre nuestra vida y esto incluye nuestra carrera, las buenas relaciones y una actitud de gratitud hacia Dios y los demás son fundamentales.

Como mujeres muchas veces enfrentamos desafíos importantes, que nos pueden desanimar, por lo que debemos estar conscientes de nuestras emociones y sentimientos, y tener tiempo de equilibrarlos. La perfección, no es posible.

Cuando enfrentamos adversidades como lideres, debemos buscar las lecciones que podemos aprender de estos momentos para seguir adelante.  Las mujeres somos claves dentro de las empresas pues está demostrado que las compañías con mayor igualdad de género y dispuestas a invertir en sus talentos femeninos, tienen mejores resultados, impactando en las familias, en la comunidad, en la economía, y en los resultados.

Cuando inicié mi carrera, apenas graduándome de la universidad, durante mis entrevistas, solían preguntarme si planeaba casarme y tener hijos, pues esto suponía ausentarme con permiso de maternidad y lactancia. Mi respuesta reveló mi disposición de contraer matrimonio y formar una familia, sin que esto afectara mi capacidad de cumplir con mi trabajo.

Cuando me contrataron y empecé a trabajar como visitador a médicos, a la par contrataron a un colega masculino, y un día el me pregunto mi sueldo.  En ese momento y por falta de experiencia lo compartí, y él me expresó que su sueldo superaba al mío en aproximadamente 25%.  Cuando le pregunté a mi jefe la razón de tal diferencia, argumentó que se debía a que él contaba con un título universitario, a lo que respondí que yo también había obtenido uno. Su siguiente respuesta fue que mi colega dominaba el idioma inglés, requisito con el cual yo también cumplía. Entonces, se quedó sin argumentos y le dije, es porque es hombre, ¿verdad?  Él no supo que contestar, pero para mí fue una motivación para demostrar que no hay diferencias en el género cuando se es competente.

Luego de 5 años, tome la decisión de dejar la compañía donde había iniciado mi recorrido dentro de la industria farmacéutica. No fue una decisión fácil pues me encontraba feliz en mis funciones, pero también sabía que si no hacia un cambio me estancaría.

Afortunadamente, tuve la bendición de contar con el apoyo de mis jefes, que ayudaron en mi formación profesional y académica. Me dieron oportunidades de aprender y trabajar para muchos mercados en Latinoamérica y Estados Unidos. Me siento muy agradecida con ellos porque vieron en mi alguien que podía responder a sus expectativas, esto me permitió conocer otras realidades y culturas, lo cual ha sido maravilloso.

Un pilar fundamental en mi carrera han sido mi esposo, mi mamá, mis hijos, mi familia y amigos, pero sobre todo los equipos con los que he tenido la fortuna de trabajar; personas con quienes he aprendido a liderar, a disentir, a tener acuerdos, a tener éxito juntos y a crecer intelectualmente.

Hoy en día, aún existen brechas salariales, sin embargo, las mujeres hemos avanzado mucho en cuanto temas de igualdad, pero nos queda mucho por hacer. Para mí la educación es la base fundamental para que podamos convertirnos en lideres que transformemos la vida de otras mujeres, de nuestro entorno.

Debemos enseñar a nuestras niñas a crecer y luchar por lo que quieren, que tengan la capacidad de tomar decisiones, que sean capaces de soñar con ser profesionales en el campo que elijan, a apoyar sus decisiones y a guiar sus pasos.  ¡¡¡Debemos ser modelos para seguir y que sepan que si se puede!!!

Ecuador tiene un futuro brillante si invertimos en educación y en salud. Muchas veces las mujeres ponemos por delante las necesidades de los demás antes que las nuestras, nos ponemos en segundo plano, y debemos aprender que, si nosotras no estamos saludables, si no nos preparamos, no podremos ir tras las metas que queremos alcanzar.

En Latinoamérica el mayor porcentaje de mujeres emprendedoras está en Ecuador de acuerdo con OBS Business School, con un 33,6% de participación por delante de otros países, esto es maravilloso y debe ser apoyado.

En el sector salud en Estado Unidos, por ejemplo, las mujeres representan alrededor del 77% de la fuerza laboral, pero apenas un 8% en puestos directivos.

La brecha de género en los sectores de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM) persiste desde hace años en todo el mundo. A pesar de que la participación de las mujeres en las carreras universitarias ha aumentado enormemente, estas todavía se encuentran insuficientemente representadas en estos campos.

En la actualidad, menos del 30 % de los investigadores en todo el mundo son mujeres. Según datos de la UNESCO, solo alrededor del 30% de todas las estudiantes escogen estudios superiores dentro del campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y matemáticas (STEM). En el todo el mundo, la matrícula de estudiantes femeninas es particularmente baja en el campo de la tecnología de la información y las comunicaciones, con un 3 %; ciencias naturales, matemáticas y estadísticas, con un 5 %, y en ingeniería, manufactura y construcción, con un 8%.

Aún con los avances en políticas para eliminar las desigualdades entre hombres y mujeres en el trabajo, éstas persisten, al subestimar los riesgos laborales a los que están expuestas las mujeres, al no considerar sus diferencias biológicas, roles sociales, riesgos a los que están expuestas y su opinión en el diseño, implementación y evaluación de sus necesidades en salud. Es importante recordar que la enfermedad no solo afecta a una persona, impacta a toda una familia, sociedad e incluso un país. Es ahí donde nace la importancia y responsabilidad que tienen las empresas para con sus trabajadoras.

Existen sectores como el rural, por ejemplo, donde los problemas son más profundos y donde se emplea a las mujeres en trabajos de baja calidad, donde sus derechos no son respetados y donde su escolaridad es limitada.

Está demostrado que educar a las mujeres y ofrecerles oportunidades de acceso a empleos calificados y bien remunerados beneficia a sus familias y a sus comunidades de diversas maneras: tasas de embarazos no deseados más bajas, disminución de la mortalidad infantil y desnutrición, y mejoras en la salud, en los niveles de educación de los niños.

Debemos tener claro los requerimientos para la promoción a posiciones directivas, condiciones laborables flexibles, retener el talento, apoyar la innovación y ayudar a generar cambios positivos.  Podemos crear redes en donde las mujeres nos ayudemos mutuamente, en este campo hay mucho por hacer.

La pandemia ha añadido desafíos para muchas mujeres, pero también beneficios porque ha permitido demostrar que hay posibilidad de tener flexibilidad en el horario de trabajo, en la ubicación geográfica y en la forma de llegar a nuestras metas.